En ocasiones nos debatimos con seguir andando otro poco mas o darnos por rendidos, no se sabe bien que fuerza nos empuja a decir:
- Un poco mas, hasta esta recula y ya regreso.
Es una fuerza irrefrenable e irracional que nos empuja a seguir otro poco, a pesar de estar al limite de nuestras fuerzas, a demasiados kilómetros del coche, sin agua y a mas de 35 grados, la razón nos empuja a dejarlo y regresar, pero algo fuera de toda lógica nos arrastra a continuar, contra todo raciocinio.
Es tal vez un comportamiento atávico grabado a fuego en nuestras neuronas, el que contra toda lógica nos impulsa a seguir, a explorar lo desconocido, pues sin ese empuje que sabe Dios de donde sale, nuestra humilde especie de Homo Sapiens no habría llegado donde esta. Y es que esa etérea promesa de que mas allá se encuentra algo mejor que lo que tenemos ahora es la que nos arrastra con aquella típica frase solo repetida de manera intima e interna de:
- Parece que aquella recula,punta, poza o playa tiene muy buena pinta; tiene pinta de albergar el ejemplar soñado, aquel que no he encontrado en 20 km de orilla, tan solo esta a unos pasos mas.
Es curioso, pero siempre siento lo mismo, y he de hacer un gran esfuerzo de cordura para reconducir mis pasos de regreso a casa y al coche, creo que si pudiera, estaría andando orillas sin fin, sin parar.
Creo que es parte del inconformismo intrínseco en algunos de nosotros, que cómodo seria quedarse es una orilla con un cebo, una sombrilla y una nevera, pero entonces el ser humano no habría llegado donde esta hoy, no hubiera existido Colon, Marco Polo, Pizzaro, Cortes, Alejandro, Livingston, Armstrong...
Entiendo que no son comparables nuestros descubrimientos con los de los anteriormente mencionados, no a nivel global, pero dentro de nuestro ser, cada paso por lugares en los que estamos seguros casi nadie ha puesto sus pies nos sabe a una gran conquista, y es que en el fondo el espíritu que nos mueve es el mismo.
En mi caso, mis últimos pasos si me condujeron a mi particular dorado, en ocasiones la fantasía irracional se torna en verdad, y el mítico tesoro puede ser realidad.
- Un poco mas, hasta esta recula y ya regreso.
Es una fuerza irrefrenable e irracional que nos empuja a seguir otro poco, a pesar de estar al limite de nuestras fuerzas, a demasiados kilómetros del coche, sin agua y a mas de 35 grados, la razón nos empuja a dejarlo y regresar, pero algo fuera de toda lógica nos arrastra a continuar, contra todo raciocinio.
Es tal vez un comportamiento atávico grabado a fuego en nuestras neuronas, el que contra toda lógica nos impulsa a seguir, a explorar lo desconocido, pues sin ese empuje que sabe Dios de donde sale, nuestra humilde especie de Homo Sapiens no habría llegado donde esta. Y es que esa etérea promesa de que mas allá se encuentra algo mejor que lo que tenemos ahora es la que nos arrastra con aquella típica frase solo repetida de manera intima e interna de:
- Parece que aquella recula,punta, poza o playa tiene muy buena pinta; tiene pinta de albergar el ejemplar soñado, aquel que no he encontrado en 20 km de orilla, tan solo esta a unos pasos mas.
Es curioso, pero siempre siento lo mismo, y he de hacer un gran esfuerzo de cordura para reconducir mis pasos de regreso a casa y al coche, creo que si pudiera, estaría andando orillas sin fin, sin parar.
Creo que es parte del inconformismo intrínseco en algunos de nosotros, que cómodo seria quedarse es una orilla con un cebo, una sombrilla y una nevera, pero entonces el ser humano no habría llegado donde esta hoy, no hubiera existido Colon, Marco Polo, Pizzaro, Cortes, Alejandro, Livingston, Armstrong...
Entiendo que no son comparables nuestros descubrimientos con los de los anteriormente mencionados, no a nivel global, pero dentro de nuestro ser, cada paso por lugares en los que estamos seguros casi nadie ha puesto sus pies nos sabe a una gran conquista, y es que en el fondo el espíritu que nos mueve es el mismo.
En mi caso, mis últimos pasos si me condujeron a mi particular dorado, en ocasiones la fantasía irracional se torna en verdad, y el mítico tesoro puede ser realidad.