Tras nuestro buen comienzo por estas agrestes sierras, decidimos ir algo mas al sur, los barbos gitanos eran nuestro objetivo.
Eran muchas las esperanzas por las contadas ocasiones en las que podemos vernos las caras con las espectaculares libreas de nuestros amigos los sclateri. Si bien teníamos claro que nadie nos regalaría nada, pues el nivel de las aguas era excesivo, además de un notable empeoramiento de las condiciones climatológicas, se esperaba frio, viento y lluvia…pero que importa!
Como suponíamos fue un tanto duro, pero poco a poco al recorrer las orillas, pude ir capturando los primeros barbos, ninguno de un tamaño grande, pero si muy combativos y sobretodo bonitos, muy bonitos, de los dorados algunos llegaban a los tonos naranjas.
Según avanzaba la mañana la cuenta de barbos iba aumentando, pero en un momento dado, decidimos cambiar de escenario, aun queríamos explorar otro lugar.
No sin antes llamar a Antonio ( http://moscasparalapescaonline.blogspot.com.es/), para despedirnos de el, pues mucha fue su ayuda vía mail para acceder a los mejores lugares, pues como supondréis, estábamos pescando es “sus aguas”.
Por suerte nos convenció para quedarnos, pues el, por la tarde estaría libre, nos dio unas indicaciones para llegar a un precioso lugar en el que nos vería después, y si que mereció la pena, mas por lo mágico del lugar, pues la pesca siguió algo dura, pero no voy a olvidar esa confluencia de ríos en la desembocadura del embalse, imagino lo que puede ser con los peces en plena actividad.
Sin embargo no me quejo, pues aun pudimos sacar algunos barbos.
Agradecer a Antonio sus esfuerzos por guiarnos por su coto particular, conociéndole en persona se da uno cuenta de que madera están hechos muchos pescadores a mosca, su pasión por los barbos es desbordante, agradezco encontrarme con otros “enfermos”.
Volveremos!